miércoles, 18 de junio de 2014

Ready.

Hace años, comencé con "Suenan las alarmas, algo está cambiando" porque sentí que ese era mi mensaje, hacer ver a todo el mundo que algo estaba a punto de suceder, que algo iba a cambiar. Lo que quizá no sabía es que ese algo, era yo, y lo que necesitaba era una válvula de escape, una manera de gritar sin que nadie me oyera, un modo de dar la voz de alarma sobre todo lo que  pasaba en mi vida sin que nadie llegase a saberlo jamás. Y cuando lo hice, cuando grité en silencio, cambié, y mi pequeño rincón, que tarde o temprano se convertiría en "Inevitable, casi como equivocarse". Este segundo título no fue más que una conclusión que saqué al compás de Amor clandestino y que en aquel momento no significó tanto como significaría más tarde, cuando realmente aprendiese que no había ni empezado a equivocarme. Entonces me di cuenta de que mis valores, mis principios, mis finales, todo podía venirse abajo en cualquier momento por motivos que yo creí suficientes, pero que más tarde descubrí sobreestimados. 
Cuando paré y salí de aquel frenesí de elecciones, de prisas, de dolor, me di cuenta de todo lo que sucedía a mi alrededor y decidí darme una nueva oportunidad, encontré un camino que jamás había explorado, que siempre había estado ahí, y que nunca había tenido el placer de recorrer. Un camino por el que andar despacio, sin prisa, sin perseguir metas incalcanzables, sin tropezones con las mismas piedras, tranquila, yo. Y así, al cabo de unos meses nació "Take another chance". Mi escudo, mi fiel aliada, mi diario, mi espejo. Este último rincón me ha acompañado en cada momento de debilidad, en cada instante de inspiración, y me ha servido para dejar sentencia de cómo me he sentido en algunos de los instantes más dolorosos, importantes, maravillosos e inolvidables de mi vida.
Durante estos últimos cinco meses he renunciado a todos estos placeres, a escribir, a leer, a encontrarme con mi alma, a hablar con ella hasta que se hiciese de día, por una meta que hoy, de una forma u otra, he alcanzado. Y hoy ya  no puedo volver y retomar esa vía de escape por donde la dejé porque lo que viene por delante es completamente nuevo, y como tal, se merece un hueco nuevo. Hoy acaban los primeros años de mi vida, exactamente diecisiete años, siete meses y diez días con sus noches. Hoy quiero renovarme, empezar otra etapa. Hoy necesito otra oportunidad, hoy necesito un nuevo capítulo, un nuevo capítulo sin miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario