viernes, 9 de enero de 2015

"Next time I´ll be braver."

¿Sabéis qué? Que se acabó. Estoy harta, cansada de sentirme así. No quiero seguir sintiéndome pequeña, vulnerable, dócil, ingenua, inocente; porque no lo soy. He sufrido carros y carretas para estar donde estoy, y llevo dieciocho años soñando con este momento, Mi momento.
Hubo un tiempo en el que no temía a los muros, ni a darme contra ellos de cabeza, era rápida, valiente, quizá incluso algo inconsciente. Creí que crecer era dejar de serlo, y convertirse en alguien sensato, maduro... y por el intento me quedé en alguien como soy ahora: incapaz, miedosa, dependiente. Y yo no soy así. Hoy destapo de nuevo la alegría y desenvaino la fuerza. Voy a gritar más alto, voy a pisar con más ganas, voy a dejar mi huella más marcada. No he pasado por todo lo que he pasado para que cuando por fin llego a mi destino, sienta que todo me queda grande. No es así, yo soy más grande, yo soy más fuerte, yo soy capaz. Ya lo veréis, ya lo veré yo misma. 
Las cosas no son fáciles, ¡nos ha jodido!, ¿y cuándo lo son? Si siempre tiro por el camino del centro, por donde hay más baches. Pero Dios sabe lo dulce que es la recompensa luego. Y esta va a ser la más dulce de todas porque el camino es el más escarpado. Está lleno de madrugones, de distancia, de novedades, de retos y de decisiones que solo yo puedo tomar. Pero el resultado,,, el resultado es tan soñado... Quizá no inmediato, pero sí algún día. Escuchar mi propia voz en la radio, leer mis propias palabras impregnadas del olor de la prensa, ver mis  historias encuadernadas en las bibliotecas. Es difícil, lo sé, y muy pocos llegan, lo sé. Pero hace tiempo alguien me dijo que si sólo hay una plaza en el sueño, que si sólo una persona puede cumplirlo, esa iba a ser yo. Pero no por talento, ni por suerte, si no por esfuerzo, esfuerzo y esfuerzo. Nunca he sabido ni he querido saber qué me depara el futuro, pero si algo tengo claro, si algo tengo entre ceja y ceja, es que algún día, lo que hoy es un pequeño blog, historias sin acabar en un ordenador y demasiados pájaros en la cabeza, mañana serán mi billete sólo de ida a mi meta. 
Porque me prometí que lo conseguiría, que la próxima vez sería más valiente. Y no pienso fallar.